Para mantener una buena salud bucodental, un cepillado diario (e incluso el hilo dental) no basta. La acumulación de placa y sarro bajo la línea de las encías puede avanzar hasta provocarnos una periodontitis.
Desde Bucalia queremos explicarte qué es un raspado dental, en qué ocasiones es recomendable, cómo se hace y qué tienes que tener en cuenta tanto antes como después del procedimiento.
¿Qué es un raspado dental?
También conocido como raspado periodontal, es un procedimiento de higiene profunda que se lleva a cabo por debajo de la línea de las encías. El objetivo es eliminar la placa bacteriana y el sarro que se acumulan en las bolsas periodontales (los espacios que hay entre el diente y la encía).
La diferencia principal que hay con una limpieza dental convencional es que esta se realiza sobre la superficie visible del diente, mientras que los raspados dentales limpian las raíces y zonas más profundas, donde las bacterias causan inflamación y deterioran el tejido.
¿Cuándo se recomienda hacer un raspado de dientes?
Este procedimiento se recomienda generalmente cuando el paciente es diagnosticado con gingivitis avanzada o periodontitis. Recordamos que esta enfermedad, además de una inflamación crónica, puede derivar en pérdida ósea si no se trata.
Estos son algunos síntomas que pueden indicarnos la necesidad de hacer un raspado:
- Encías inflamadas, sensibles, o que sangran con facilidad.
- Halitosis (mal aliento persistente).
- Dientes que comienzan a moverse.
- Retraimiento en las encías.
- Sarro visible bajo la línea de la encía.
Un periodoncista debe evaluar la profundidad de las bolsas periodontales. Si superan los 3 mm, muy probablemente te recomiende el raspado y alisado radicular.
¿Cómo se realiza el raspado periodontal?
Después de ver qué es un raspado dental, vamos a explicarte, en términos generales, cómo se lleva a cabo. Generalmente se realiza en una o dos sesiones, depende de cuál sea el grado de afectación. Se divide cada zona de la boca por cuadrantes para poder trabajar de forma precisa y profunda.
- Anestesia local: Para evitar molestias, se aplica anestesia en la zona que vamos a tratar.
- Raspado: Se elimina la placa y el sarro adheridos a las raíces de los dientes, tanto con instrumentos manuales como con aparatos de ultrasonidos.
- Alisado radicular: Se pule la superficie radicular para que quede lisa, dificultando que las bacterias se vuelvan a adherir.
- Revisión y control: El especialista comprobará la evolución de las encías en visitas posteriores.
Después del procedimiento, suele experimentarse una mejora muy significativa: se reduce la inflamación, desaparece el sangrado y mejora el aliento. Puede experimentarse algo de sensibilidad dental al tomar alimentos fríos o calientes, pero en un tiempo desaparecerá esta sensación.
Cuidados posteriores
Es fundamental seguir ciertas pautas para que la recuperación sea rápida:
- Evita comidas que sean muy calientes o muy frías los primeros días.
- No fumes, ya que el tabaco retrasa la curación
- Cepíllate con suavidad, a ser posible con un cepillo de cerdas blandas.
- Usa colutorios recomendados por el especialista.
Solo queda acudir a los controles periódicos para evaluar la evolución del tejido.
Es importante mencionar que no hay garantías de que la enfermedad no vuelva a aparecer, por lo que mantener una buena rutina de higiene bucodental en casa es imprescindible, igual que asistir al dentista regularmente para limpiezas profesionales.
Hemos visto qué es un raspado dental, cómo se hace, y la importancia que tiene a la hora de frenar enfermedades como la periodontitis. Si tienes síntomas que encajan con los que hemos visto y quieres que te ayudemos, contacta con nosotros aquí.